La Guerra Fría
Los vencedores se pusieron de acuerdo en Yalta para establecer en Yalta para establecer un consejo de seguridad en el seno de la ONU; sus decisiones consensuadas tendrían que terminar con cualquier conflictos. Este hecho hacía necesarias la continuidad de la alianza que derrotó al eje y la existencia de un consenso mínimo sobre la seguridad del mundo, dos condiciones que debían prevalecer sobre las divergencias ideológicas y sobre la inquietante inestabilidad del continente europeo.
Pero la relación de fuerza había cambiada: en Europa y en oriente continentales comenzaban a enfrentarse, reuniendo potencias e menor importancia alrededor de cada uno de ellos. Sus sistemas político eran opuestos: por una parte se en contra mía se mercado, por la otra, la fe absoluta en un “progreso histórico” que levaría inevitablemente al socialismo.
UN DESEQUILIBRIO GEOESTRATÉGICO
El derrumbamiento de Francia, el declive británico y la derrota de Alemania, seguida por su fragmentación territorial, rompieron el tradicional equilibrio europeo. Dejando al margen estados unidos, no existía ya un contrapeso al peso al poder de la U.R.S.S., el cual se vio reforzado por la rápida desmovilización de las tropas norteamericana: de 4,8 millones de hombres, los anglosajones pasaron a 800 000 durante el verano e 1946, mientras que el ejército rojo, formando por cuatro millones de soldados, seguía acampado a orillas de Elba. Varios incidentes llevaron a estados unidos a interrogarse sobre los auténticos objetivos de Stalin y más adelante, a reaccionar ante la amenaza expansionista e ideológica del dictador.
En Irán, los soviéticos tardaban en evacuar su zona de ocupación y alentaban la secesión kurda. Fueron necesarias intensas presiones diplomáticas para que respetaran sus compromisos. La U.R.S.S. cuestionó de nuevo la convención de Montreux, en perjuicio de Turquía, un país neutral: dicha convención, firmada en 1936, garantizaba la libre circulación marítima por los estrechos del mar negro. Una acción naval norteamericana en 1946 zanjó el debate. El conflicto se agudizada en Grecia: la guerrilla comunista del general Markos se negó a reconocer al rey y luchó durante tres años desde su bastión del Peloponeso. Las tropas británicas no bastaban para apoyar a los leales y estados unidos tuvo que comprometerse en lo que fue el primer enfrentamiento abierto de la posguerra.
EUROPA DIVIDIDA EN DOS
Aunque al principios de elecciones libre en Europa del este fue establecido en Yalta, pronto se hizo evidente que el termino democracia no tenía el mismo significado en Washington y en Moscú. Las elecciones estaban destinados a dar legitimidad a unos gobiernos regulares para que firmaran los tratados paz. Sin embargo, no se daban las condiciones para poner en práctica el pluralismo político en ninguno de los países ocupados por los soviéticos, salvo Checoslovaquia, pues los comunistas ejercían distintas formas de presión y practicaban la amenaza y la intimidación.
Durante un discurso que tuvo lugar en la universidad norteamericana de Fulton el 5 de marzo de 1946, insten Churchill advertía que un telón de acero se había levantado en Europa, de Szczecin a Trieste, dando lugar a una división contra la que Roosevelt no había dejado de alertar.
Estados Unidos fue incapaz de sacar partido de su supremacía militar durante aquel período. Aunque los norteamericanos estaban de acuerdo en la necesidad de obstaculizar, por todos los medios, la expansión del comunismo en el mundo. Basándose en el análisis de la política soviética efectuado por George kennan, el presidente Truman reclamó en el congreso, el 12 de marzo de 1947, los créditos indispensable para apoyar a Grecia y Turquía.
PLAN MARSHALL CONTRA KOMINFORM
Individuos pragmáticos, los norteamericanos creían que la pobreza, el paro y la decadencia moral podían estimular y la decadencia moral podían estimular el auge del comunismo en el mundo. Deseaban ayudar a la Europa arruinada proporcionándole los medios que le permitieran recuperar su prosperidad.
El plan Marshall, presentado por el general del mismo nombre en Harvard en junio de 1947, definía la naturaleza y las modalidades de la ayuda prevista, que cada uno de los países podía aceptar o rechazar.
La negativa de los soviéticos y de sus nuevos protegidos precedió a la creación del kominform, anunciada por Poreba (Polonia), el 22 de setiembre de 1947. Esta organización, que tomó al lugar de la internacional comunista, concebía el mundo como dos bloques antagónicos enfrentados en una lucha a muerte: el imperialismo y el socialismo. Todos los comunistas eran llamados a combatir a los gobiernos capitalistas reaccionarios; el partido comunista francés fue violentamente criticado. Por su cretinismo parlamentario. El kominform aportó una activa ayuda a los movimientos de liberación anticolonialistas y emprendió operaciones de propaganda: en 1950, se lanzó el llamamiento de Estocolmo por iniciativa del movimiento por la paz, apolítico oficialmente, pero hábilmente manipulado por el kominform.
Esta ruptura ideológica produjo la quiebra del sistema de seguridad edificado al final de la guerra. Todos los planes de cooperación mundial, considerado sospechosos, fracasaron: por ejemplo, el proyecto Baruch para la internacionalización de las actividades nuclear fue rechazado. Cada bloque se replegada en sus recursos y sus conocimientos, en el más absoluto secreto. Así, se daba el disparo de salida a la carrera del armamento nuclear.